Como lo dije anteriormente (Charlie Hebdo):
el periodismo por naturaleza y sentido común es un ejercicio de libertad de
expresión. Sesgar estos espacios es un atentado a esa condición. Carmen
Aristegui junto a su equipo de periodistas, ofrecían constante información
crítica sobre la corrupción política, daban espacio al debate reflexivo y
abierto en sus mesas de análisis con Denise Dresser, Sergio Aguayo y Lorenzo
Meyer, espacios que cada vez hay menos en radio y televisión y que como
ciudadanos tenemos el deber de defenderlos.
Recordemos que el despido se originó porque se asoció el
nombre de la empresa MVS con Méxicoleaks (@Mexleaks), una nueva plataforma digital
para la denuncia ciudadana. A MVS no le gustó eso y despidió a dos
colaboradores de Aristegui; los que descubrieron “La Casa Blanca”. Después, Carmen
pidió que reinstalaran a su equipo y como consecuencia, la empresa de
comunicación dio por terminada la relación laboral con la periodista.
Me gustaría señalar el gran honor y compañerismo que
mostró la periodista al arriesgar su cabeza (que al final la perdió) para que
parte de su equipo de trabajo fuera reinstalado; me refiero a Daniel Lizárraga
(@danliza) e Irving Huerta (@ihuertaz) quienes fueron previamente despedidos
por la empresa. Esa acción habla de una gran y leal persona.
Jonh Ackerman, en el periódico La Jornada, escribe que el
golpe a Aristegui se da en este momento preciso por la coyuntura electoral que
se vive, ya que una cobertura del proceso electoral como la que lleva a cabo
Aristegui, puede ser perjudicial para el poder corrupto. 1
La orden de callar a Carmen puede venir de los más altos
mandos del país en represalia por la divulgación de los documentos sobre “La
Casa Blanca” de Peña Nieto, con el mensaje firme de que cualquier voz que diga
lo que no es “políticamente correcto” decir, será sancionada fuertemente. Probablemente,
supongo yo, que el despido de la periodista ya estaba planeado por alguna orden
de algún mandamás y que sólo esperaban un descuido para entonces llevar a cabo
el plan de acción.
En este país más vale ser idiota e inculto porque así se
puede llegar a la presidencia, que reflexivo y crítico porque lo primero que
buscan es desaparecer a esa gente de los medios masivos de comunicación.
Por lo anterior, seguramente, en esta era digital,
mediante un programa de radio online y distribuido a través de Youtube, Carmen
puede seguir vigente periodísticamente, socialmente y económicamente. Si no,
seguramente algún otro medio independiente buscará que esté en sus filas. Y digo
independiente porque seguramente Televisa o TVAzteca no la pueden incluir en
sus filas debido a la “línea editorial” que manejan. Vienen nuevos tiempos para
nuevos proyectos, Carmen.
Son días oscuros para el periodismo mexicano, para la
democracia, para la libertad. Lo menos que queda hacer es leer y seguir
informados, así como llevar el debate y la reflexión a nuestros círculos
cercanos de convivencia.
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