La gestión del presidente Luis Echeverría, en aquellos
años de los setentas, se caracterizó por el control que ejercía sobre los
medios de comunicación: ninguno estaba autorizado para ejercer la crítica a su
gobierno o hablar mal de su mandato o de su figura. Entre todos los medios
sumisos existió el Excélsior rebelde dirigido por Julio Scherer. Ese Excélsior
a diario sacudía al gobierno y era de los únicos medios importantes del país
que en sus publicaciones había un contenido crítico, diferente a todos los demás
que se dedicaban a publicar contenido oficialista.
Después de ponerle muchas trabas y dificultades al periódico
de Scherer, como cortarle el suministro de papel para impresión o sesgarle los
ingresos al medio por la vía de prohibir a las empresas publicitarse en Excélsior,
Luis Echeverría, miembro del PRI, logró censurar, callar e incluso correr a los
periodistas con las voces más críticas del país en ese entonces: Julio Scherer
y su equipo, entre ellos Miguel Ángel Granados Chapa.
A principios del mandato de Enrique Peña Nieto, miembro
del PRI, el programa Nocturninos, caracterizado por su sátira política, ideas
incluyentes respecto a la homosexualidad y al consumo de la marihuana,
repentinamente salió del aire.
Después, Canal 22 comenzó a tener una línea editorial
oficialista donde todos los días su noticiero, por indicciones de su director,
Raúl Cremoux López, debía de incluir información sobre las actividades del
presidente Peña.
Como contrapeso surgieron los programas El Observador y Global 22, programas los cuales tocaban temas de derechos humanos,
movimientos sociales, equidad de género y defensa de periodistas en México y en
el mundo.
Más tarde, como consecuencia de desacatar la instrucción
de no transmitir información alguna en el noticiero cultural Noticias 22 del despido del quipo de
Carmen Aristegui de MVS, Cremoux López dio la orden de que se revisara el contenido
de los programas antes de la transmisión al aire para que la Dirección General
del canal los aprobara o no.
La disconformidad por parte de algunos reporteros sobre
la censura del contenido en programas como El
Observador, Global 22 y Noticias 22 llevó a varios comunicadores
y periodistas a exigirle a Cremoux que les diera el derecho de réplica, ya que
él argumentaba durante el tiempo aire del Canal que el recorte de contenido no
era censura, sino que los programas se habían cancelado por falta de
presupuesto. Desde ese momento, alrededor de 20 periodistas han sido despedidos
del canal o amenazados de serlo.
No está de más recordar otra situación, ya mencionada, de
censura en lo que va del sexenio del PRI: Aristegui-MVS, que debido a un
reportaje sobre la Casa Blanca de Peña Nieto, la empresa de telecomunicaciones
decidió despedir a los periodistas involucrados en la investigación con una
razón más discreta a la evidente.
Las prácticas autoritarias y de censura del PRI siguen siendo
las mismas: el control de los grandes medios de comunicación. Estamos por
llegar a la mitad del sexenio, aún faltan otros tres años.
Sentémonos a esperar en nuestro mejor sillón para ver qué
otros programas desaparecen o qué otros periodistas son despedidos, mientras que
disfrutamos de observar Sabadazo, Venga la alegría y Hoy, porque gracias al Señor, esos programas nunca desaparecerán.
Imagen tomada de noticiasdelcentro.mx